El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de la ONU fue aprobado este lunes en la cumbre que se celebra en la ciudad marroquí de Marrakech entre llamamientos a una cooperación multilateral para afrontar un fenómeno de dimensión global.
El futuro canciller, que se desempeña desde hace dos años como director del Departamento para Estados Unidos, Canadá y Asuntos Interamericanos de la Cancillería, hizo el anuncio este lunes a través de tres mensajes consecutivos publicados por las redes sociales.
"El Gobierno Bolsonaro se disociará del Pacto Global de Migración que está siendo lanzado en Marrakech, un instrumento inadecuado para lidiar con el problema. La inmigración no debe ser tratada como una cuestión global, sino de acuerdo con la realidad y la soberanía de cada país", señaló el diplomático en su cuenta en Twitter.
En los mensajes publicados, el futuro canciller aseguró que la inmigración es "bienvenida" pero no debe ser indiscriminada y por ello debe contar con criterios que garanticen "la seguridad tanto de los migrantes como la de los ciudadanos" del país que los acoge.
En este sentido, Araújo informó que Brasil buscará un "marco regulatorio" que sea compatible con la realidad brasileña y con el bienestar de los connacionales y los ciudadanos extranjeros.
El futuro jefe de la cartera diplomática de Brasil también aseguró que su país continuará acogiendo a los venezolanos que "huyen del régimen (del presidente Nicolás) Maduro", pero agregó que "lo fundamental es trabajar por la restauración de la democracia" en ese país.
El anuncio de Araújo contradice el mensaje enviado la semana pasada por la Cancillería brasileña cuando dio a conocer que Aloysio Nunes Ferreira encabezaría la delegación de Brasil en el evento multilateral.
En la nota, la Cancillería señaló que el pacto "es el marco de cooperación más amplio ya creado para la gobernanza global de los flujos migratorios internacionales" y "será de gran importancia para la garantía de tratamiento digno a los más de 3 millones de brasileños que residen en el exterior".
El pacto, que despertó las reticencias de varios países desde el primer momento de su elaboración, fue aprobado hoy por aclamación entre tímidos aplausos y sin gran entusiasmo por parte de los asistentes.
Países sobre todo receptores de emigrantes, como Australia, Italia, Israel y un numeroso grupo de los centroeuropeos, además de latinoamericanos como República Dominicana y Chile, se han retirado del pacto, mientras que Estados Unidos se opuso desde el principio.
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