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| Tony Pina |
Los dominicanos siempre caemos en la trampa, a pesar de 'lo vivo' que nos creemos.
Anda el estafado al "pecho", como dicen por allá, por los montes de Monte Plata; y la estafa consiste en una supuesta herencia que recibirían todo aquel dominicano de apellido Rosario, de manera que hasta los Hermanos Rosario entrarían en la repartidera.
Unos vivos de la toga y el birrete encontraron la expedita manera de echarse unos cuartos al bolsillo y dejar oliendo donde guisan a miles de incautos de apellido Rosario, quienes serían beneficiarios de la supuesta herencia de unos predios enajenados por la Barrick Gold en las inmediaciones de Pueblo Nuevo, en Cotui, donde la empresa realiza sus operaciones de explotación de los sulfuros de oro.
Nadie sabe dónde, ni cómo, los abogados se inventaron la fábula y la echaron a correr en todo el territorio nacional, engañando a todo aquel que lleve el apellido Rosario.
Más de un amigo me dijo que pronto sería "rico", y yo le preguntaba cómo, de qué manera saldría de la "olla" y enseguida me relataban el engaño.
Cada uno de los estafados pagó entre dos mil y diez mil pesos a los ladrones abogados. Multiplique esa cantidad por más de diez mil personas de apellido Rosario, y verá la magnitud de la estafa.
Fueron tantos los amigos y amigas míos que se harían "ricos" y tanta la indignación que sentí que me animé a llevar un grupo de estafados al Colegio de Abogados de la República para que se querellaran en contra de los estafadores abogados, los cuales serán sometidos a la justicia luego de que concluyan las investigaciones.
Ayer estuve en San Cristóbal y me dijo un amigo de apellido Rosario que estaba al tris de recibir una multimillonaria herencia.
Oh, Dios, todavía andan indígenas en taparrrabos!
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