“No estábamos de acuerdo en la manera de materializar el resultado del referéndum” sobre la UE, dijo May en el Parlamento, tres días después de que la primera ministra ordenara a sus ministros cerrar filas en torno a su plan de mantener estrechas relaciones comerciales con la UE tras la salida del bloque.
En su carta de renuncia, Boris Johnson estimó que Reino Unido se dirige “verdaderamente hacia el estatuto de colonia” de la UE y estimó que el sueño del Brexit “está muriendo”.
El ministro de Sanidad, Jeremy Hunt, sustituirá a Johnson al frente de la cartera de Relaciones Exteriores, anunció este lunes por la noche la oficina de May.
Hunt, de 51 años, había apoyado el mantenimiento de Reino Unido en la UE en 2016, antes de cambiar de opinión y unirse al bando de los pro-Brexit, debido a la actitud “arrogante” de Bruselas durante las negociaciones, según una entrevista para LBC Radio en 2017.
Este exempresario, que habla japonés y está casado con una china, tiene fama de no encogerse ante los desafíos, tras haber presidido durante seis años el servicio público de salud (NHS), afectado por una crisis profunda.
El ministro de Cultura, Matt Hancock, sustituirá a Hunt en el ministerio de Sanidad.
El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, dijo que la unidad del gobierno fue una “ilusión” que “duró 48 horas”, y estimó que May no está capacitada para alcanzar un acuerdo con Bruselas “cuando ni siquiera puede alcanzar un acuerdo con su propio gobierno”.
Los euroescépticos más duros como Johnson y Davis pretendían en cambio cortar por lo sano con los socios europeos -y sobre todo en sus regulaciones y con la justicia europea-, y dedicarse a tejer acuerdos de libre comercio con países como Estados Unidos o Australia.
Davis negó que quisiera encabezar una rebelión interna contra May, pero la dimisión de Johnson acerca esa posibilidad por la debilidad parlamentaria de la primera ministra, que tiene que apoyarse en los unionistas norirlandeses para gobernar, y por la popularidad del ahora excanciller entre sus colegas conservadores.
En Bruselas, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, expresó este lunes su esperanza de que estas dimisiones sirvan para frenar el Brexit.
“Los políticos van y vienen, pero los problemas que crearon para la gente permanecen. Sólo puedo lamentar la idea de que el Brexit no se haya ido con Davis y Johnson. Pero... ¿quién sabe?”, tuiteó Tusk, una idea que ya dejó entrever en el pasado.
Raab sustituirá a Davis
El nombramiento de Johnson en 2016 causó enorme sorpresa porque existía el sentimiento de que el exalcalde de Londres aspiraba al puesto de May e iba a esperar al mejor momento para conseguirlo, y fue percibido en Bruselas como una bofetada, porque fue el principal líder de la campaña de salida de la UE.
La marcha del ministro de Exteriores aumentó el riesgo de que May tuviera que afrontar una moción de censura por parte de los diputados de su partido conservador. Pero la primera ministra parece haber alejado esa amenaza, obteniendo un amplio apoyo tras haber hablado con ellos a puerta cerrada, según los medios británicos.
Dominic Raab, hasta ahora secretario de Estado para el Brexit, ocupará el puesto de David Davis al frente del ministerio encargado del divorcio con la UE.
Raab, de 44 años, diputado desde 2010, hizo campaña a favor de la salida de la UE en el referéndum de 2016.
A nueve meses de que se materialice la salida de la UE, en marzo de 2019, Raab afronta el desafío de ultimar todavía grandes cuestiones en las negociaciones, como el futuro de las relaciones comerciales o de la frontera norirlandesa, la única terrestre entre el Reino Unido y la UE.
El secretario de Estado para el Brexit, Steve Baker, también dimitió para protestar contra el plan de May, que prevé la instauración de una zona de libre comercio y un nuevo modelo aduanero con los 27, para mantener un comercio “sin fricciones” con el continente.
Para Davis, el plan “hará que el presunto control del Parlamento sea más una ilusión que una realidad”.
El ya exministro del Brexit fue especialmente crítico con la propuesta de un “reglamento común” para permitir el libre comercio de bienes, al considerar que “se entrega a la UE el control de amplios sectores” de la economía británica.
May respondió a Davis con una carta que afirmaba que su plan para el Brexit “significará sin duda el regreso de poderes de Bruselas al Reino Unido”, y que está en línea con su compromiso de abandonar el mercado único europeo y la unión aduanera.
Por Dario THUBURN y Alfons LUNA
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