Trump se había comunicado telefónicamente en la jornada con líderes del mayoritario partido Republicano para garantizar la posición de la bancada, pero el proyecto tuvo apenas 121 votos a favor y 301 en contra.
Todos los legisladores del opositor partido Demócrata votaron en contra, pero la suerte del proyecto quedó sellada con la división insalvable entre los legisladores conservadores a pesar de los esfuerzos de la Casa Blanca.
Este proyecto de ley era considerado la semana pasada un texto de consenso entre los dos partidos, pero la fisura entre los conservadores provocó el hundimiento por considerar que la iniciativa no era lo suficientemente dura.
El texto reducía el tope máximo en el número de inmigrantes admitidos al país, mantenía la mano dura con la inmigración ilegal, reforzaba el control fronterizo y reservaba recursos para construir un muro en la frontera con México.
Al mismo tiempo, ofrecía una solución duradera a la situación de jóvenes inmigrantes llegados al país aún siendo niños (los llamados ‘Dreamers’), un contingente que se estima en alrededor de 700.000 personas.
Para los ‘Dreamers’ el proyecto preveía un permiso de trabajo y residencia, renovable cada seis años, y los autoriza a iniciar más tarde los trámites para obtener la residencia permanente.
Un “tropiezo”
Luego de la sesión el legislador republicano moderado Mike Coffman comentó que “esto es un tropiezo pero no un retroceso. Esta ley no ha pasado pero vamos a seguir esforzándonos por una reforma migratoria”.
Ese proyecto de ley, sin embargo, estaba condenado al fracaso en el Senado, donde los Republicanos tienen una mayoría de apenas dos votos y precisarían del apoyo de varios Demócratas.
El proyecto buscaba también poner fin al escándalo provocado por la separación de más de 2.300 menores de sus padres, arrestados y sometidos a la justicia por haber franqueado ilegalmente la frontera desde México.
Esa medida, anunciada el 7 de mayo por el secretario de Justicia Jeff Sessions, fue anulada la semana pasada por el presidente a causa de las airadas reacciones de la clase política, de la sociedad estadounidense y también en el exterior.
En una espectacular voltereta, Trump decidió dejar de lado la decisión de separar a las familias de inmigrantes clandestinos, firmando un decreto que autoriza la presencia de menores en los centros de retención junto a sus padres durante el procedimiento penal.
La práctica de la separación de las familias en la frontera también fue modificada a nivel judicial en la noche del martes, cuando un tribunal de San Diego (California, suroeste) ordenó la reunificación familiar de los inmigrantes.
Según la decisión del tribunal, los padres deben estar de nuevo con sus hijos, a menos que ello presente un peligro para los niños, dentro de 14 días para los menores de cinco años y en los próximos 30 días para los mayores.
El tribunal solicitó además al gobierno federal “enfrentar las circunstancias caóticas que ha creado”.
Demanda por datos e información concreta
Con el hundimiento del proyecto de reforma migratoria, es posible que los dos partidos se concentren ahora en un proyecto específico sobre la separación de familias, como forma de volver a recomponer una base que permita su aprobación.
Este miércoles, una coalición de grupos de apoyo a inmigrantes presentó una demanda legal que exige al gobierno liberar información y datos concretos sobre los niños separados de sus familias en la frontera, después de meses de preguntas sin respuestas.
La demanda pide que el Departamento de Seguridad Interna y las agencias de protección fronteriza expliquen el sistema con el que pueden reconectar a niños y sus familiares, y números concretos sobre los niños separados, entre otras cosas.
“Si no existe ninguna política, ninguna orientación clara, ningún entrenamiento, ningún dato concreto, también merecemos saberlo”, apuntó Emily Creighton, subdirectora legal del Consejo Estadounidense de Inmigración, en una teleconferencia.
“Queremos ver los memorandos internos, los correos electrónicos, el material de entrenamiento que documentan la presencia o ausencia de políticas sobre separación y reunificación de familias”, añadió.
De acuerdo con Creighton, el gobierno estadounidense ha separado “miles de niños inmigrantes de sus padres y no hay ningún sistema por el que esta población vulnerable es administrada, y en el que los padres puedan apoyarse para esperar una reunificación”.
Por Aldo GAMBOA con Laura BONILLA en Nueva York
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