Los proyectiles insurgentes, que no causaron heridos, fueron interceptados en su mayoría por el sistema de defensa israelí Cúpula de Hierro, explicó el ejército de Israel, aunque uno cayó cerca de un jardín de infantes poco antes de su apertura.
El incidente se produjo en un momento de gran tensión en la frontera entre Gaza e Israel y se esperaba una contundente respuesta de las autoridades israelíes.
“Israel cobrará un alto precio a aquellos que buscan hacerle daño y consideramos a Hamas es el responsable de prevenir estos ataques”, dijo el primer ministro, Benjamin Netanyahu, tras el ataque.
Poco después de la advertencia, la aviación israelí comenzó a bombardear lo que según funcionarios de seguridad en Gaza era un campo de entrenamiento del grupo insurgente Yihad Islámica.
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