Por: Adalberto De La Rosa
Santo Domingo - En el histórico cementerio municipal de la avenida Independencia muchos difuntos no pueden ser identificados porque a gran parte de las tumbas les fueron borrados con pintura blanca los nombres y mensajes y muchas de las osamentas fueron trasladadas sin que exista un registro de cada caso.
Santo Domingo - En el histórico cementerio municipal de la avenida Independencia muchos difuntos no pueden ser identificados porque a gran parte de las tumbas les fueron borrados con pintura blanca los nombres y mensajes y muchas de las osamentas fueron trasladadas sin que exista un registro de cada caso.
Considerado como un camposanto cultural por algunos y de gran valor artístico e histórico por otros, este cementerio inaugurado con el enterramiento de la baronesa Juana Flores el 29 de agosto de 1824, durante la ocupación haitiana, presenta una imagen lúgubre por la falta de mantenimiento de tumbas golpeadas por las inclemencias del tiempo.
Solo los mausoleos tienen nombres, fechas y mensajes esculpidos en piezas de mármol o cemento y están identificados, los nombres escritos con pintura que se suelen hacer en la cruz de cada difunto fueron borrados, en la mayoría de los casos, durante la pasada administración municipal y los pocos que quedan, en gran parte están ilegibles.
Declarado “monumento histórico” en 1987 mediante el decreto 557-87, este cementerio fue cerrado en 1943 luego de la apertura del camposanto nacional ubicado en la avenida Máximo Gómez y el registro oficial que se tiene es de 3,275 personas en un área de los 16,000 metros cuadrados.
Varios de los combatientes de la Revolución de Abril de 1965 fueron sepultados en el lugar, otros depositados en una fosa común sin ser identificados, de acuerdo con testimonios y datos ofrecidos por historiadores.
“No necesariamente podemos indicar quién está enterrado, ¿por qué? Precisamente porque algunas personas trasladaron los restos de sus familiares y borraron los nombres, e incluso hay tumbas que todavía tienen nombres y posiblemente estén vacías”, informó Diana Martínez, directora de Patrimonio Cultural y Centro Histórico del cabildo de Santo Domingo.
Durante años vecinos y personalidades vinculadas a la historia del país denunciaron la profanación de tumbas de donde eran sustraídas piezas importantes de mármol y metales, se hacían actos reñidos con la moral, además de ser refugio de indigentes y delincuentes, pero según la arquitecta Martínez, se ha logrado cambiar esa realidad involucrando a vecinos y a otros sectores que están pendientes de lo que pasa en el lugar.
En la actualidad se trabaja en levantamiento de información y se trabaja en tres etapas : documentación, que debe ser cotejada y confirmada; la intervención , que debe ser consecuente con la documentación y la difusión, que incluye actividades como charlas, recorridos y se presenta el cementerio como un museo a cielo abierto.
Un libro para la historia
La doctora Amparo Chantada, experta en geografía urbana y planificación territorial, hizo un aporte a la memoria histórica del cementerio de la Independencia o cosmopolita como también se le conoce, con su libro: “Cementerio de la Avenida Independencia y Santo Domingo Amurallada, Memoria Urbana, Identidad caribeña y Modernidad”, en el que describe la importancia del cementerio.
En sus motivaciones Chantada plantea que el de la Independencia es un cementerio ignorado, a pesar de la riqueza histórica y cultural que contiene.
“Con 500 años de existencia... no ha podido sacudirse de la triste imagen de ciudad sucia, descrita por Eugenio María de Hostos al final del siglo XVIII”.
Cree que hay que conservar la memoria histórica para que contribuya con la formación de ciudadanos responsables de sus patrimonios. Uno de los objetivos de su libro es contribuir con la implementación de acciones de reanimación urbana de espacios como el cementerio de la Independencia o de callejones que, según afirma, han dejado de cumplir funciones esenciales en la cotidianidad.
La importancia del cementerio:
Su valor lo tiene por la historia y por los hombres y mujeres que desde 1824 descansan en el lugar; como patriotas dominicanos, escritores, científicos, artistas y familias de renombre en las distintas épocas, sino también por la composición de las artes en esculturas plasmadas en algunas de las moradas y la historias de algunos de sus ocupantes.
Para muchas personas este cementerio debía ser parte de una ruta turística, que aunque no está en la ciudad amurallada, es parte de su historia y podría ser parte de los atractivos del país para nacionales y extranjeros interesados en conocer su historia, su gente sus artes y aportes al país.
La arquitecta Diana Martínez considera que se trata de “un museo a cielo abierto” por la cantidad de piezas y objetos de valor inmaterial, un patrimonio intangible.
“La propuesta nuestra van desde el ámbito general hasta lo particular como el entorno del cementerio, que no sea visualizado como un objeto aislado del resto de la ciudad, hay que rehabilitar las aceras y los espacios públicos”.
Cuenta que existe la posibilidad de generar algún espacio público como cerrar algunas calles próximas que puedan servir de apoyo a visitas de estudiantes, turistas o cualquier ciudadano interesado. También hay que evaluar el arbolado, eliminar los árboles que están enfermos, la iluminación y mejorar los accesos para personas con discapacidad.
“Cuando nosotros comenzamos a estudiar el cementerio se necesitaba una intervención profunda, pero ya se ha hecho porque a finales de 2016 se remozó la verja en ocasione del décimo séptimo encuentro de red de cementerios patrimoniales que se desarrolló en el país”.
Algunas de las personas destacadas en distintas áreas y que fueron sepultadas en el cementerio de la Independencia son José María Serra, Juan Sterling, Lorenzo Deogracia Marty y Eustaquio Pueblo, quienes fueron héroes nacionales.
También héroes de la Restauración como Wenceslao Alvarez, Rafael Tejada, José Valdés,, Manuel de Jesús Blonda , Manuel Lovelace Bobea y Felipe Mañón, entre otros.
De los héroes de la Revolución de Abril se encuentran: Illio Capossi, Yolanda Guzmán, Juan María Lora Fernández, Euclides Morillo, Jacques Viau, Juan Hernández (Kuki) y Ramón Mejía del Castillo(Pichirilo).
Dentro de los intelectuales de las distintas épocas están los nombres de Osvaldo García de la Concha, Rafael Abreu Licairac. Abigail Mejía, José Ramón López, Leopoldo Navarro, y la educadora Luisa Ozema Pellerano.
Emilio Prud’Homme , autor y compositor de las letras del himno nacional y el educador Eugenio María de Hostos, estaban sepultados en el cementerio de la Independencia, pero sus restos fueron que trasladados al Panteón de la Patria.
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