Santo Domingo - En el campo El Bambú del municipio de Tenares, perteneciente a la provincia Hermanas Mirabal, ubicada en el centro norte del país, nació “El príncipe de la bachata”, Francisco López Reyes, conocido artísticamente como Frank Reyes. Desde esa zona comenzó su proyección hasta alcanzar los máximos honores para un artista: los aplausos del público.
Y también los premios y reconocimientos. Entre ellos, el bachatero tradicional recién logró una postulación al Latin Grammy por su disco “Devuélveme mi libertad”, en la categoría Mejor Álbum Tropical Contemporáneo, compitiendo junto a Guaco, Prince Royce, Gaitanes y Lucas Arnau.
Esta es su segunda nominación a los prestigiosos premios de la Academia Latina de la Grabación, ya que en el 2005 obtuvo la primera por el tema “¿Quién eres tú?”.
De esa manera, es el único bachatero tradicional que ha logrado ser reconocido por el Latin Grammy.
Actualmente se ha consagrado con una carrera exitosa durante 25 años, en este mes se encuentra de gira por España y desde allí conversó con periodistas de LISTÍN DIARIO.
Al recibir la noticia, el dominicano completaba una semana de reconocimientos, ya que había sido homenajeado con la Estrella Internacional en el paseo de Celia Cruz; en Honduras fue reconocido como hijo distinguido y en Estados Unidos también recibió una proclama en New Jersey.
“Recibí esta nominación dando gracias a Dios y a la Virgen de la Altagracia, agradeciendo los éxitos, porque Dios ha hecho demasiado conmigo y viviré eternamente agradecido del público, de los medios y la gente que, en su momento, me ha apoyado”, dijo a través del teléfono.
Al hacer una retrospectiva de lo que ha sido su vida desde su niñez hasta convertirse en el exitoso artista, reflexionó: “Si la gente conociera de dónde vengo, de un campo de Tenares, en donde crecí comiendo polvo, y verme en lo que me he convertido sabría que siempre hay que creer en los sueños y luchar por ellos”.
Recordó que creció en medio de las precariedades de una familia compuesta por 13 hermanos, en un campo en donde no había energía eléctrica ni agua potable y su padre esperaba a que se dedicara, como cualquier muchacho de entonces, a la recolección de café y cacao, frutos que se producían en la localidad.
El popular bachatero, de 48 años, es el sexto hijo del matrimonio de Francisco López y María Reyes. Desde su niñez mostró su inclinación por la música, encontrando el apoyo en su madre, quien le regaló su primera guitarra, a la edad de 12 años.
“Con ella compuse mis primeras canciones y me apasioné tanto que a los 15 me fui a vivir a la capital (Santo Domingo) detrás de lograr mi sueño”, recordó.
Siendo un adolescente llegó a vivir al sector de Herrera (Santo Domingo Oeste). Allí comenzó de ayudar a los empleados de un almacén a cargar y desmontar provisiones, hasta que el dueño lo contrató para que atendiera un colmado ubicado en la calle 2, esquina 3. Ramón Grullón, así se llamaba la persona que le dio la oportunidad para trabajar.
“Mi dedicación y el crecimiento del negocio fue tal que el dueño estaba muy a gusto con mi trabajo. Pero en los momentos que tenía libre tomaba mi guitarra y me ponía a cantar, y las personas que iban al colmado ya sabían que cantaba y que quería ser artista”.
Relató que un día estando cantando con la guitarra llegó al colmado Juan Genao Lara, quien andaba buscando talentos para grabar. Frank que no tenía ni idea de lo que era grabar un tema y nunca había entrado a un estudio de grabación se asustó, pero Genao Lara lo convenció ya que le dijo: “Yo tengo el dinero y tú el talento, y voy a invertir en ti”.
Así grabó su primera producción en 1992: “Tú serás mi reina”. Con este disco ganó sus primeros diez mil pesos. En los pueblos se escucharon algunos temas, pero no sucedió nada. Con la oportunidad que ya tenía de ganar dinero Frank logró adquirir el 50 por ciento del colmado y conjuntamente con sus actividades comerciales la combinaba con las artísticas.
“Soy más comerciante que artista, pero cuando mi carrera comenzó a crecer decidí dejar el colmado y continué con el canto”, acotó.
En 1993 grabó su segunda producción, “Si el amor condena, estoy condenado”, y logra su primer hit: “Se fue mi amor bonito una mañana”, con el que nace el mote de “El príncipe de la bachata” y consigue su primera gira a Estados Unidos. Luego continuó en 1994 “Bachata con categoría”; 1995: Regresó mi amor bonito, 1996 “El príncipe” pero fue con “Vine a decirte adiós” en 1998, cuando se consagró ganando su primer premio Casandra, actualmente Soberano.
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