La nueva ley, que incorpora al derecho común algunas medidas excepcionales del estado de emergencia instaurado en Francia tras los atentados terroristas de 2015 (130 muertos), fue aprobada por el parlamento pese a críticas de los defensores de las libertades civiles.
“Esta ley nos permitirá poner fin al estado de emergencia a partir del 1 de noviembre y seguir garantizando la seguridad de nuestros ciudadanos”, dijo Macron, quien firmó la ley en su despacho en el palacio del Elíseo ante las cámaras de televisión.
El mandatario de 39 años indicó que esta ley podría entrar en vigor el martes, pero el Elíseo precisó que habrá que esperar que el estado de emergencia expire el miércoles a media noche para que la nueva ley comience a aplicarse.
La nueva legislación antiterrorista ha encontrado poca resistencia en un país traumatizado por la ola de ataques yihadistas, a pesar de numerosas críticas sobre que ésta socavaría las libertades civiles.
El 57% de los franceses está a favor de esta ley, según una encuesta reciente, aunque el 62% reconoce que favorecerá una “tendencia a deteriorar las libertades”.
La ley ha sido severamente criticada por la izquierda radical y las organizaciones defensoras de los derechos humanos porque, sostienen, viola la presunción de inocencia y el respeto de la vida privada.
Ha sido también criticada por expertos de la ONU. “Perennizar mediante este proyecto de ley los poderes de emergencia amenaza gravemente la integridad de la protección de los derechos en Francia”, advirtió recientemente una de ellos, la irlandesa Fionnuala Ní Aoláin.
En cambio, algunos sectores de la derecha y la extrema derecha la consideran demasiado ‘blanda’.
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