“The Spotted Cheetah”, el efímero restaurante dedicado a los fosforescentes ganchitos, ha colgado el cartel de completo para los tres días de agosto que permanecerá abierto en la Gran Mazana.
El anuncio de apertura hecho este martes por la empresa Frito-Lay, propietaria de la marca Cheetos, ha logrado que el número de reservas disponibles para comer en el restaurante se agotase en horas y se disparasen las solicitudes para inscribirse en la lista de espera.
El snack de color naranja será el ingrediente estrella del restaurante y del menú confeccionado para la ocasión por la mediática Burrell.
“Me lo he pasado en grande elaborando este menú especial y único para el primer restaurante de Cheetos (...). ¡Estoy deseando ver las reacciones de los comensales!”, ha declarado la cocinera a los medios.
Del 15 al 17 de agosto, los afortunados amantes del aperitivo de queso podrán degustar una original aunque limitada oferta de primeros, segundos y postres elaborados con Cheetos como ingrediente principal por un precio variable de 8 a 22 dólares por plato.
Para abrir boca Burrell propone, por ejemplo, unas albóndigas de Cheetos, para seguir un pollo a la milanesa rebozado con Cheetos, y para los adictos al dulce, una tarta de queso sobre una base crujiente de Cheetos.
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