Un fanático en particular se sentía bastante contento. De hecho, tenía tanta confianza que decidió comenzar a grabar desde su asiento en las gradas del bosque derecho del Yankee Stadium el momento en que su equipo aseguraría el triunfo. Sin embargo, ocurrió lo siguiente:
Devers envió un lanzamiento de 102.8 millas por hora de Chapman sobre la cerca del jardín izquierdo para empatar el partido, mientras que el apasionado fan sólo podía observar con horror. Al final, Boston logró llevarse la victoria por 3-2 en 10 entradas, para recordarles a todos una de las reglas más importantes en el béisbol: Nunca celebres antes de tiempo.
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