La medida se suma a la creciente indignación en torno a la violenta campaña antidroga del presidente, Rodrigo Duterte.
El arzobispo Socrates Villegas indicó que las campanas tañerán durante 15 minutos al día en toda su diócesis a partir del martes para despertar a una ciudadanía “que se ha vuelto cobarde para expresar la ira contra el mal”. La protesta comienza y termina en días de celebración para los católicos.
La decisión se anunció después de que la policía matara a 80 sospechosos de consumir o traficar con drogas en la zona metropolitana de Manila y la cercana provincia de Bulacan en apenas tres días. Fueron los días más violentos desde el inicio de la campaña de Duterte en julio del año pasado.
“El sonido de las campanas es una llamada al final de la aprobación a las muertes”, dijo Villegas, que también lidera un importante grupo de obispos católicos filipinos, en un comunicado leído el domingo en las iglesias de su diócesis en la provincia de Pangasinan. “El país está en caos. El agente que mata es recompensado y el muerto carga con la culpa. Los cadáveres ya no pueden defenderse de acusaciones de que ‘contraatacaron’”.
“¿Por qué ya no nos horrorizan el sonido del arma y la sangre fluyendo en las aceras? ¿Por qué nadie está furioso por las drogas traídas de China?”, preguntó Villegas, en alusión a un enorme cargamento de drogas que logró pasar por los puertos de Manila, donde trabajan agentes de aduanas nombrados por Duterte.
Sin mencionar al presidente por su nombre, Villegas criticó sus elogios a la policía por matar a 32 sospechosos en apenas una noche de redadas en la provincia de Bulacan la semana pasada, y el aplauso de sus partidarios a la noticia.
Un diálogo
En un comunicado separado leído en las iglesias de Manila, el cardenal Luis Antonio Tagle se ofreció a impulsar un diálogo sobre el problema de las drogas con miembros del gobierno y la policía con familias de víctimas, organizaciones no gubernamentales y expertos médicos.
El descontento y las protestas se han centrado en la muerte la semana pasada de un adolescente, Kian Lloyd delos Santos, que según la policía era un traficante que disparó con una pistola durante una redada, lo que hizo que los agente le disparasen. La familia del estudiante de 17 años, sin embargo, dijo que había sido baleado sin compasión por la policía cuando rogaba por su vida.
Más de 3.200 sospechosos de delitos de drogas han muerto a manos de la policía desde que Duterte lanzó su campaña. Además, más de 2.000 personas han muerto de forma violenta en sucesos relacionados con las drogas, por ejemplo en ataques de hombres enmascarados desde motocicletas, que según grupos humanitarios son policías disfrazados o sus sicarios civiles.
Alarmados, grupos de derechos humanos han reportado cifras de muertos aún mayores. ( JIM GOMEZ)
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