Comerciante se dedica a vender limonada en zona fronteriza

Por: Ramón Pérez Reyes

Pedernales - Él ha probado todo en este lugar “muy cerca de Haití y muy lejos de la gracias de Dios”. Aquí,  donde se dice que “el diablo echó las tres voces”.

Es vendedor de los que cosecha en sus huertos, como verduras y espinacas. Compra y vende mercancías en los mercados, que se realizan casi a diario en los pequeños poblados haitianos de esta zona fronteriza.
Hasta tuvo la brillante idea de crearle una campaña publicitaria a su actividad comercial. Se compró un altoparlamente para perifonear sus mercancías.
El es el rostro de la perseverancia aquí en Los Arroyos, y en la Colonia de Mencía, poblados situados a 5 mil 357 metros de altura y a unos 30  kilómetros del municipio cabecera, Pedernales, y  donde se llega por la llamada carretera internacional. Un parte de esta vía fue acondicionada,  pero después se convierte en camino empedrado por donde se transita de la vida la muerte, ya que se conduce  bordeando la montaña y a la vera de pequeñas y desvencijadas casas, donde los lugareños, “se asombran”, al ver un vehículo que no le he común.
Desde este lugar se puede ver un panorama precioso del sur país, como Bahía de las Águilas, y el Parque Nacional de la Sierra de Bahoruco. En este pueblo, como otros poblados de la zona, como Aguas Negras, Mencía, La Altagracia, o el proyecto, José Francisco Peña Gómez, cada día quedan menos familias dominicas y la conversación puede ser en creole o español, debido a la alta presencia haitiana.
La cotidianeidad del día a día hace que la frontera en este lugar sea un lugar imaginario.
Hasta que llegó negocio.
Es por eso que este emprendedor comerciante publicita sus mercancías en español y creole, en el entendido que en los haitianos tenía su mayor mercado. Pero todo esto no bastó.
Entonces entendió que debía buscarle la vuelta al asunto.
“Si la tierra le estaba pariendo limones entonces por qué no hacer limonadas”, parece que se preguntó, Pedro Antonio Espinal Corona
Con la repuesta a esa pregunta nació su nuevo negocio.
“Yo me iba ir de aquí, pero al poner la luz me nació la idea de vender mabí, y estamos vendiendo mucho en Haití”, explicó, Espinal Corona, que dice que nació y se crió en Pedernales, pero su piel blanca, sus ojos claros y su porte de “actor de cine”, lo acusan de ser un extraño en estos lugares donde la mayoría de las personas es de tez negra.
Y llegó la luz.
Una acción gubernamental no solo está cambiando la vida de los habitantes en esta zona, sino la  de Espinal en particular
Es que la Unidad de Electrificación Rural (UER), hace apenas unas cuantas semanas trajo por primera vez la electricidad a este lugar.
Con la materia prima que se ponía conseguir en las fincas de limones, que cada día son más comunes en estas montañas,  y un mercado a poco distancia, al cruzar la línea divisoria, su siguiente paso fue “sacar un frezzer fiao” en una tienda de electrodoméstico en la ciudad. El negocio “quedó cuadrao”.
“Yo visito tres día a la semana a los mercados de los pueblos haitianos, martes, miércoles y jueves, y vendo mis mabí, como a 20 gourdes (20 pesos), y vamos bien”, narró en el momento en que equipaba su motocicleta, para ir a la faena del día…
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