Una molécula diseñada por científicos estadounidenses logra revertir, en los ratones, el efecto nocivo del monóxido de carbono, un descubrimiento que potencialmente puede derivar en la creación del primer antídoto contra este tipo de envenenamiento.
Ese es el resultado de una investigación publicada hoy en la revista Science Translational Medicine, durante la que los expertos de la Universidad de Pittsburgh modificaron una proteína presente en el cerebro.
“Cambiamos algunas de sus propiedades y esta molécula pudo atraer el monóxido de carbono de una forma muy fuerte”, explicó a Efe Mark Gladwin, quien dirigió la investigación.
Se trata de la neuroglobina, una molécula que se parece a la hemoglobina, la proteína presente en la sangre que se encarga de transportar el oxígeno por todo el cuerpo.
Durante una intoxicación por monóxido de carbono, este gas letal reemplaza al oxígeno en la hemoglobina, lo que daña los tejidos de órganos como el cerebro y el corazón.
El equipo liderado por Gladwin trabajó con un modelo animal: siete de cada ocho ratones que fueron tratados de forma intravenosa con esta molécula sobrevivieron durante todo el experimento.
“La presión arterial mejoró, el pulso mejoró y sobrevivieron”, dijo el investigador.
Gladwin señaló también que los próximos pasos serán “incrementar el tamaño de la producción” del material, para avanzar hacia un antídoto que pueda ser suministrado a los seres humanos.
“Es un estadio preliminar. Faltan muchas etapas para que podamos probarlo en humanos. Pero, por lo menos, estos resultados son prometedores”, agregó.
En esa línea, los expertos también deberán comprobar la seguridad del tratamiento, pues si pueden demostrar que es seguro en animales, entonces podrán comenzar a estudiar qué sucede en el caso de los seres humanos.
Realizar todos esos pasos les llevará de dos a tres años más, estimó Gladwin.
Actualmente no existe un antídoto contra este tipo de envenenamiento y los pacientes son sometidos a la oxigenoterapia hiperbárica, un tratamiento por el que se ayuda a incrementar la cantidad de oxígeno transportada en la sangre a través del uso de una cámara especial con una mayor presión del aire.
Comparado con ese tratamiento, Gladwin asegura que un antídoto como el que planean sería “más rápido”.
En el modelo animal, el tratamiento con la molécula modificada fue eficaz en la mitad de tiempo que con la oxigenoterapia.
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