Líderes demócratas de la Cámara de Representantes de EE.UU. presentaron ayer viernes un recurso parlamentario para resolver la crisis política en Washington generada por el cierre parcial del Gobierno que cumplió ya cuatro días.
Durante una rueda de prensa en el Capitolio, los legisladores afirmaron que la medida en cuestión no es más que un esfuerzo "bipartidista" para poner fin al cierre parcial de la burocracia federal que ha afectado a unos 800.000 empleados públicos.
Los legisladores se quejaron de la negativa de los republicanos en la Cámara de Representantes de aprobar el presupuesto federal para el año fiscal 2014 que comenzó el pasado 1 de octubre, pero expresaron confianza en que podrán resolver la parálisis en Washington.
"Hoy estamos ofreciendo a nuestros amigos republicanos y al pueblo estadounidense una vía hacia adelante", dijo el legislador demócrata por California, George Miller, rodeado de otros correligionarios.
La medida, una figura parlamentaria conocida en inglés como "discharge petition", requiere el apoyo de la mayoría de los miembros de la Cámara Baja para posteriormente proceder a un voto sobre la reapertura del Gobierno tan pronto como el próximo 14 de octubre, explicó Miller.
Si funciona, el plan de elaborado por Miller y el legislador demócrata de Maryland, Chris Van Hollen, financiaría las operaciones gubernamentales en su totalidad hasta mediados de noviembre próximo, sin eliminar los fondos para la aplicación de la reforma sanitaria de 2010, como exigen sus detractores.
Una "resolución continua" para financiar al Gobierno sin ataduras o condiciones republicanas ha dado pie a una agria disputa entre demócratas y republicanos, que se nieguen a someter a un simple voto de "sí o no" el presupuesto federal.
No está claro si los demócratas recabarán las firmas necesarias -218 o la mitad de los escaños en la Cámara Baja- para proceder a un voto en el pleno de ese órgano legislativo de una medida para financiar las operaciones de la burocracia federal.
Para que prospere, la propuesta demócrata necesitará el apoyo de al menos 18 republicanos, que tendrán que romper filas con el partido empeñado en anular la reforma sanitaria de 2010.
En su cuenta en Twitter, Brendan Buck, un portavoz del presidente de la Cámara Baja, el republicano John Boehner, descartó de inmediato la idea de los demócratas, al subrayar que el recurrir a la táctica de la petición "funciona cero por ciento de la veces".
Boehner y el resto de los republicanos insisten en aprobar medidas parciales para restablecer solo algunos programas federales, entre éstos el pago retroactivo de los empleados públicos afectados por el cierre, el programa pre-escolar de "Headstart", y fondos para la seguridad fronteriza y para responder a desastres naturales.
El presidente Barack Obama ha dejado en claro que no aceptará las condiciones republicanas ni sus medidas parciales, y que las vetará si llegan a su despacho.
En la rueda de prensa, el legislador demócrata por Michigan, John Dingell, advirtió de que los republicanos en la Cámara Baja "han paralizado la nación" y "le están costando dinero al país", además de que están abollando la imagen internacional de Estados Unidos.
"Le están causando una enorme dificultad potencial a la economía y probablemente estén incrementando significativamente la deuda nacional", se quejó Dingell.
La medida, aseguró Dingell visiblemente molesto, "rescatará a los republicanos, que se han metido en una posición" desfavorable en estas lides.
El cierre parcial del Gobierno ha afectado a unos 800.000 empleados públicos y está teniendo un efecto dominó en la economía, en particular entre los beneficiarios de programas federales que por falta de fondos han cesado sus operaciones.
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