Revelan casos de otros impostores incluyendo el caso de Napierski

Revelan casos de otros impostores incluyendo el caso de Napierski


Por: Jomi Santelises

Sigue siendo noticia, el hacker que intentó entrar al Vaticano tras la manifestación de la primera reunión de cardenales que se celebró el pasado lunes, el señor Ralph Napierski ciudadano australiano fue detenido minutos antes de entrar al Vaticano, mediante el cual quería ser partícipe de todo lo que iba acontecer en ese entonces.

A través del tiempo, se han visto a estas clases de personas, que se dedican sus largos tiempos para estafar a ciertas gentes inocentes y a la vez, con faltas de conocimentos.

Aquí les presento nombres y historias de impostores revelados: El caso de George Psalmanazar es notable, ya que a comienzos del siglo XVIII fue capaz de engañar a los londinenses con sus relatos sobre la vida en la lejana isla de Formosa, de la cual decía ser originario. En esa época, era difícil ubicar en el mapa a Formosa, la isla que hoy en día conocemos como Taiwan, por lo que las historias que contaba Psalmanazar sobre la forma de vida del exótico lugar logró cautivar a las más altas clases sociales.

Este personaje les hablaba de ciertas costumbres religiosas que incluían el sacrificio de más de dos mil jóvenes cada año en honor a sus dioses, de casas cubiertas de oro y plata y hasta de la poligamia de los miembros de la isla. Todos creían. A tal punto que el obispo de Londres creyó necesario la publicación de un libro con todos los conocimientos del joven.

Con la publicación, Psalmanazar comenzó a ser fuertemente cuestionado, ya que en primer lugar el título del libro hacía alusión a que la isla era una provincia de China, cuando en realidad era de Japón. Sólo un tiempo bastó para constatar que el supuesto formosiano era un fraude.

Sin duda, uno de los más grandes impostores de nuestros tiempos es Frank Abagnale Jr. (1947), quien inspiró la película de Steven Spielberg: Catch me if you can (2002). Partió estafando a su propio padre cuando tenía 16 años. Tiempo después empezó a cometer una serie de fraudes bancarios, en los que lograba cobrar cheques falsos por montos de 40 mil dólares, que conseguía imprimiendo su número de cuenta en cheques en blanco.

Se hizo pasar por piloto de la línea aérea Pan Am durante dos años, en los que recorrió gran parte del mundo. Luego se hizo pasar por pediatra en un hospital de Georgia y falsificó un título de abogado de la universidad de Harvard para conseguir un empleo como fiscal estatal de Lousiana.

Para cambiar cheques tuvo que hacerse de muchas identidades: tuvo ocho en cinco años, y además giró cheques sin fondo por más de dos millones y medio de dólares en 26 países.

Luego de tan amplio prontuario fue detenido en un viaje a Francia en 1969. Estuvo un año en la cárcel hasta que reclamaron su extradición. Luego de esto, cumplió seis meses de condena en Suecia y doce años en norteamérica, donde el gobierno decidió acortar su pena poniendo como condición que Abagnale trabajara con ellos en temas de fraudes. Luego de esto fundó la empresa Abagnale y Asociados.

Caso que también resultó polémico fue el del afroamericano David Hampton, quien se hizo pasar por el hijo de un famoso actor. Todo comenzó cuando no lo dejaron entrar a la discoteque Studio 54. En ese momento dijo que era hijo de Sir Sidney Poitier, el primer hombre de raza negra en ganar un premio de la academia, y lo hicieron pasar como toda una celebridad.

Luego de esto, vio en esta nueva identidad una manera de obtener comida y entretención gratis. Embaucó a grandes personajes como Melanie Griffith, Gary Sinise y Calvin Klein, a quienes les pedía alojamiento y dinero inventando que no había alcanzado a tomar su vuelo a Los Angeles, donde se encontraba todo su equipaje o que le habían robado.

En octubre de 1983 lo arrestaron por sus fraudes y fue ordenado a pagar una restitución por 4.490 dólares a sus variadas víctimas. La película "Six degrees of separation" (1993), está inspirada en su historia.

Otro caso hace alusión a uno de los mayores timos periodísticos de la historia a manos del antiguo editor del The New York Sun, el inglés Richard Adams Locke (1800-1871).

En la publicación del 25 de agosto de 1835, el diario sorprendió con un titular que decía que Sir John Herschel había realizado grandes descubrimientos astronómicos, los que incluían la presencia de vida en la luna: nueve especies que contaban entre ellas a unicornios azules. De esto que al episodio se le conozca como "El gran bulo de la luna".

Durante los dos días siguientes Locke se dedicó a describir estas especies, y posteriormente el 28 golpeó con el descubrimiento de una raza humana, que se diferenciaba de nosotros en que éstos contaban con alas e incluso describía un rito en el que se juntaban en un templo de zafiro.

De un día para otro las historias dejaron de publicarse, el diario se excusó alegando que el telescopio había dejado de funcionar, pero jamás reconocieron que se trató de una mentira o de una broma. Todo siguió como si nada hubiera pasado.

Pero un impostor que logró engañar al mismísimo Al Capone, fue Víctor Lustig (1890). Una de sus estafas más notables fue haber vendido el metal de la torre Eiffel el año 1925, cuando se hizo pasar por un funcionario gubernamental francés al enterarse de los problemas de mantenimiento que tenía Paris con la torre. Le dijo al interesado que el mantenimiento de la torre era tan elevado que la tendrían que vender.

La vendió y emprendió su ruta a Viena con todo el efectivo. Luego de esto convenció a Al Capone de que debía invertir en la bolsa de valores, y que una suma adecuada eran cincuenta mil dólares. Lustig se quedó con el dinero y lo escondió durante un tiempo, luego, con total entereza le dijo que lo habían perdido. Al Capone le dio mil dólares. Fue arrestado en 1935 y sentenciado a 20 años en Alcatraz.


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